Un año más en Primaria hemos querido conmemorar el milagro de las castañas de D. Bosco,
El día de Difuntos llevó Don Bosco a todos los Muchachos del Oratorio a visitar el cementerio y rezar. Les había prometido, para la vuelta, castañas cocidas. Y había hecho comprar tresgrandes sacos.Pero Mama Margarita no había entendido bien sus deseos y no hizo cocer más que tres o cuatro kilos.
En medio de la barahúnda le gritaba Buzzetti:- ¡Así no! ¡No hay para todos!- Hay tres sacos en la cocina- ¡No! ¡Sólo esas! ¡Sólo esas!. Intentaba decirle Buzzetti. Don Bosco no quería creerle.- Yo les he prometido a todos. Sigamos mientras haya.Siguió entregando un cazo a cada uno. Buzzetti miraba nervioso los pocos puñados que quedaban en el fondo del cesto, y la fila de los que se acercaban, que parecía cada vez más larga. Alguno empezó a mirar con él. De pronto casi se hizo silencio. Centenares de ojos desencajados miraban a aquel cesto que no se vaciaba nunca; Hubo para todos. Quizás por primera vez, con las manos llenas de castañas, gritaron los muchachos aquella tarde: “¡Don Bosco es un santo!”.
Desde entonces cada salesiano, cada salesiana, en las familias, los oratorios y centros juveniles se recuerda el milagro: como signo de lo que Don Bosco es capaz de hacer por sus jóvenes, como recordatorio de lo que cada uno podemos hacer por nuestros chicos y chicas.
Texto extraído de “Don Bosco, una biografía nueva” de Teresio Bosco
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